Más periodismo de territorio y menos de escritorio

Por Pablo Coronel | @pabloircoronel_
Los periodistas Mariano Pagnucco y Maximiliano Goldschmidt, de la revista autogestiva Cítrica, visitaron a los estudiantes de 3er. Año de la carrera de Periodismo para charlar sobre el territorio y las fuentes, invitados por la profesora Daniela Pasik de la materia Investigación periodística.


Después del saludo a la clase, Mariano y Maximiliano, se propusieron presentarse: “ A pesar de que a veces las noticias que publicamos desde Revista Cítrica son difíciles de digerir, buscamos ser un faro en la niebla, mostrar que no todo lo que se vive es malo. Queremos ser la agenda de la esperanza”. Para contextualizar: la Revista Cítrica comenzó con un grupo de ex trabajadores del diario Crítica de la Argentina -que se declaró en quiebra en 2010- que formaron una cooperativa y crearon un nuevo proyecto que subsiste desde sus inicios por medio de la autogestión. En los últimos tiempos, la revista se popularizó por dar a conocer antes que cualquier otro medio los reclamos del pueblo Mapuche en la Patagonia, el caso de Santiago Maldonado y el de Rafael Nahuel, entre otros. Es así, que la experiencia de los periodistas aportó, sin titubeos, al conocimiento sobre su trabajo de campo a los estudiantes de tercer año.





La visión de los periodistas, a los que muchas veces les toca redactar las noticias más desalentadoras, resulta bastante optimista y apuestan a trasladar ese entusiasmo a la profesión
. “Hay un paralelismo entre el periodismo y la producción de alimentos: nos quieren hacer creer que el modelo industrial, agroquímico, es el verdadero. Lo mismo pasa con los medios industriales, producen en cantidad y envenenan. Hay otra forma de producir alimentos y noticias: tiene que ver con acercarse a la comunidad y con trabajar a largo plazo. Echar semillas que estén sanas”, sintetiza Mariano Pagnucco. Al respecto, Maximiliano Goldschmidt cuentó de qué se trata esta manera de ver el periodismo y compartió sus razones: “No se trata de tener nuestros testimonios, armar nuestras notas, compartirlas en las redes y listo. Si después no sabemos cómo siguió ese caso, como están esas familias o si lo que publicamos le afectó a alguien, no está bien. Hay personas de por medio a las cuales le están pasando cosas”. Continuó con su concepto y explicó: “Hay una manera distinta de hacer las cosas, de cómo nos las enseñan en la escuela y en los medios. Hay una manera distinta de tener relaciones sentimentales y sociales. Las sociedades nos están demostrando que hay otras maneras a las que nos dicen, nos repiten y nos muestran”.



En la charla que se dió durante la materia Investigación Periodística, los alumnos hicieron hincapié en preguntar sobre el llamado “trabajo de territorio”. Los redactores de Cítrica explicaron que la mejor manera de conseguir información es ir al lugar de los hechos y comunicarse con las fuentes de primera mano, empatizando y generando vínculos con las personas
involucradas. Al respecto, abordaron uno de los casos más importantes que les tocó cubrir: el de Santiago Maldonado. Explicaron que fue determinante su trabajo previo cubriendo los reclamos de los pueblos mapuches para poder obtener testimonios de los integrantes de la Pu Lof de Cushamén, De aquella forma, pudieron armar el caso antes que cualquier otro medio. También, contaron que al verse sobrepasados ante la magnitud del caso, siendo en ese entonces un medio más pequeño, recurrieron al “periodismo colaborativo” y trabajaron en conjunto con varios medios autogestivos más, como por ejemplo La garganta Poderosa, Revista Mu y Tiempo Argentino. “En esta época investigar también es un poco volver a las herramientas primitivas del periodismo, que es hacer un poco más de periodismo de territorio y menos de escritorio. Si uno sale a caminar empiezan a abrirse los vínculos”, concluyó Pagnucco.


La visita, que duró cerca de dos horas, terminó luego de que los periodistas hablaran sobre medios digitales y redes sociales. Al respecto, Mariano Pagnucco confesó: “Somos de la idea de trabajar los textos. Más allá de que ahora todo sea de 140 caracteres, vale la pena escribir, investigar y trabajar los textos”, Maximiliano lo interrumpió y opinó: “El papel y la cosa media romántica es lo que seguimos sosteniendo. Para nosotros sigue importando. Por más que sean cada vez menos, hay gente que quiere el papel. Lo leen, lo valoran, lo esperan y lo buscan. Hay que sostener algunas banderas por más que todo lo otro exista también”.